Desde el nacimiento de nuestros hijos e hijas ya les transmitimos mensajes desiguales en función de si son chicos o chicas. Esos mensajes empiezan por la familia, siguen en la escuela y se completan con los medios de comunicación.
Estamos aún lejos de conseguir una igualdad efectiva entre hombres y mujeres pero actualmente la única herramienta que tenemos como sociedad para generar un cambio es la educación.
Para poder educar en igualdad, debemos explicar a nuestros niños y a nuestras niñas que vivimos en una sociedad machista y que van a recibir diferentes mensajes erróneos sobre “cómo tiene que ser” un niño o una niña y no tienen porque aceptarlos.

Lo ideal sería que desaparecieran los mandatos de género y la cultura fuese libre. De este modo no habría cosas de chicos y cosas de chicas, solamente cosas y cada persona elegiría según sus gustos, no según los mandatos de género.
Pero hasta alcanzar ese ideal, ¿cómo podemos educar en igualdad?
Desde la familia podemos hacer varias cosas:
- No orientar la preparación de la llegada del bebé en función del sexo: color de la habitación (rosas para niñas, azules para niños), la ropa, los juguetes…
- Elegir juguetes no sexistas. Los mismos juguetes para los dos. A los niños se les dan juguetes bélicos y a las niñas muñecas, peluches, juguetes que puedan cuidar.
- Que tanto niños como niñas reciban la misma educación emocional. Las emociones son las mismas para niños y niñas y deben saber identificarlas y expresarlas para poder gestionarlas.
- Evitar que la apariencia sea lo que capte nuestra atención en el caso de las niñas y la conducta en el caso de los niños. Para hacerle ver a una niña que ha captado nuestra atención solemos decirle que está muy guapa, que su ropa es muy bonita…sin embargo, cuando se trata de un niño solemos comentar lo que hacen, lo bien que lo hacen o lo capaces que son.
- Proponer tareas de cuidado y tareas domésticas a niños y niñas por igual.
- Expliquemos a las niñas las discriminaciones que pueden llegar a sufrir para que puedan empoderarse y hacerles frente.
- Expliquemos a los niños las discriminaciones sexistas que también van a sufrir.

¿Qué podemos decir a nuestras niñas?
- Debemos hacerlas protagonistas, no acompañantes ni observadoras. Desde muy pequeñas se les dice que son el segundo sexo, que ellas no son importantes.
- Que sepan que pueden vivir por sí mismas sin necesidad de nadie más.
- Que son fuertes y valientes
- Que son mucho más que un físico.
- Que tener capacidad para organizar, tomar decisiones y expresarse no las convierte en “marimandonas”.
- Que su opinión es válida
- Que su criterio es válido
- Que pueden tener deseos y estos deben ser tenidos en cuenta

¿Qué podemos decir a nuestros niños?
- Que pueden jugar con muñecos, con bebés, con peluches y con casitas si así lo desean.
- Que pueden ser tiernos y amorosos.
- Que pueden expresar sus sentimientos y emociones libremente.
- Que pueden contar sus problemas o las cosas que les preocupan.
- Que pueden llorar cuando lo necesiten, ya que es una expresión de dolor necesaria
- Que pueden sentir miedo y vulnerabilidad, no hay que actuar siempre utilizando la fuerza.
Es cierto que queda mucho camino por recorrer y podemos pensar que nuestra contribución no cambiará nada, pero no es cierto. ¿Vamos a dejar de hacer esto porque no seamos capaces de cambiarlo todo? ¿Por qué no hacer nuestra parte?
“Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo” (E. Galeano)