Muchas veces me han preguntado el día que empezaron las mariposas en mi interior para dedicarme a la Psicología.
No fue una fecha concreta, pero sí un conjunto de vivencias personales que me hicieron poner la lupa en una apasionante profesión. Entender el laberinto de la mente con los obstáculos de las emociones, de la memoria que falla y modifica recuerdos y los deja en la papelera de reciclaje. Por ello quise profundizar, ir más allá en el viaje, descubriendo la neuropsicología. Una disciplina que aún es poco conocida, poniendo también mi atención en personas que por algún motivo, como por ejemplo es el caso del daño cerebral.
Por ello, por estás fechas, coincidiendo con la presentación de Centro Neuropsy hace ya 8 años, me gusta reflexionar no sólo sobre mi trayectoria profesional sino sobre alguien que después de mucho tiempo de trabajo, haya podido despegar sus alas.
A nuestra protagonista de este año, le trunco la vida un accidente un día gélido. Después de mucho esfuerzo físico y poner todo de su parte, volvió a caminar y a mirar al mundo con los ojos de quien está dispuesta a dar una segunda oportunidad.
En su caso, los problemas de atención y memoria se fueron quedando atrás para tener que hacer frente al aprendizaje de reencontrarse consigo misma o con una nueva versión de sí misma.
Ya hace meses que volaste, cuando el aire no favorecía tus alas. Eso, sí es resiliencia!.
Desde aquí decirte que te admiro, que te recuerdo con cariño y tener noticias tuyas, aunque sea un video de las olas de vez en cuando, me dan la fuerza que necesito para cada día, intentar dar lo mejor de mi.
Gracias “Mariposa”.